José Ignacio Lluch – FREE MARKET

6 junio, 2010

Destructores de valor

Filed under: Uncategorized — joseignaciolluch @ 7:38 pm
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¿HA IDO alguna vez al cine y se ha encontrado con una película insoportable? De esas que no acaban nunca y que se empieza a notar lo incómodo que es el asiento. Y el caso es que en el reparto hay buenos actores, la música y la fotografía están bien, pero el director crea un tostón aún contando con buenos elementos.

En el mundo de la economía y las empresas pasa lo mismo, con los mismos elementos y circunstancias, hay líderes que crean valor y otros lo destruyen.

A lo largo de muchos años de estudiar todo tipo de empresas desde la óptica de una posible transacción y por tanto, focalizada en su valor, se llega a la conclusión de que hay, entre los que las gobiernan, auténticos creadores o destructores de  valor. Si hubiera que resumir qué es lo que caracteriza a éstos últimos, con el fin de identificarlos a tiempo, se reduce a cuatro conductas comunes.

La primera es el endiosamiento, esa soberbia ciega que se da indistintamente en propietarios o gestores y que consiste en creerse los más listos y preparados en todo. No aceptar ni escuchar opiniones ajenas  contrarias a la propia. Si el personaje es más bien mediocre y se rodea de aduladores, el efecto endiosamiento está servido. No permite críticas, nuevos planteamientos o cambios, y sobre todo, jamás reconocerá un error, porque es imposible, nunca se equivoca. Siempre hay culpables: los demás.

La segunda es confundir el cash flow con el dividendo. Pensar que la caja es del que la administra. La empresa es una entidad viva y el flujo de caja que genera sirve para regar el organismo. Recurrir a la caja para tapar agujeros u otros fines diversos, es defraudar los intereses de terceros, mermar la salud de la empresa drenando sus recursos y, al tiempo, ponerla en peligro.

La tercera es el uso abusivo o irresponsable de la deuda. Un cierto equilibrio entre los recursos propios y los ajenos es conveniente, pero alcanzar apalancamientos del calibre de “n” veces ebitda como últimamente se ha visto, es simplemente suicida y no solo por el que lo pide sino por el que lo da.

La cuarta es no saber priorizar, no distinguir lo importante de lo  inmediato, improvisar y, en definitiva, caer en una hiperactividad que te aleja de lo clave, la creación de valor. Buscar la acción pura en lo cotidiano, que te mantiene muy ocupado y te ayuda a eludir el tener que afrontar una profunda reflexión de adonde va tu empresa. Hay que mirar al horizonte de vez en cuando para no perderse dando muchos pasos hacia ningún sitio.

Si reconoce a algún dirigente con estas características, abstengase de compartir riesgos con él, y si no puede evitarlo, provéase de un paracaídas.

free.market@main-network.com

Publicado en el Mundo- Valencia  06 junio 2010

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